A lo largo del  embarazo, informarse de buena fuente de algunos aspectos muy importantes, dentro de los que resalta la alimentación, contribuirá en gran manera a que tanto la salud de la madre como la del bebe, no se vean comprometidas.

Por eso, en este artículo  hablaremos de la vitamina D, las dosis que se deben ingerir durante el embarazo, si es la misma cantidad durante la lactancia, los efectos de la vitamina D durante el embarazo y, como último punto, aunque no menos importante, a qué riesgos se expone la salud  por el déficit de vitamina D durante esta etapa.

Dosis de vitamina D durante el embarazo

La alimentación de la madre en las primeras etapas de la vida de un bebe son decisivas para garantizar que a mediano, corto, y largo plazo, tanto ella como él, puedan disfrutar de buena salud. De allí que el momento para empezar a evaluar qué alimentación tendrá es justo ahora.

Dado que nuestro cuerpo necesita ingerir nutrientes para su buen funcionamiento, es vital que quienes están embarazadas, o están planificando ser madres, añadan a su dieta vitamina D, que no es más que un nutriente que ayuda a nuestro cuerpo a absorber el calcio y el fósforo en el intestino delgado, protegiéndolo así de enfermedades articulares, musculares, y las relacionadas con el sistema nervioso, circulatorio, entre otros.

Esta se puede adquirir por medio de la exposición solar, pero siempre en horarios comprendidos entre las 7 y las 10 am, durante la mañana y, después de las 16 horas durante la tarde. También se obtiene a través de algunos productos alimenticios, como el hígado de pescado, el hígado vacuno, el zumo de naranja, los cereales, la yema de huevos y la leche.

No obstante, para saber la cantidad de vitamina D que se debe ingerir durante el embarazo, lo más recomendable es consultar directamente al ginecólogo, pues él, al tener una historia de los antecedentes personales, familiares, problemas de salud, hábitos alimenticios, entre otros, podrá indicar de forma exacta la cantidad de vitamina D que requieres.

Aun así, de manera general, algunos estudios realizados por instituciones confiables en materia de salud, recomiendan empezar por una ingesta de entre 1,000 UI (Unidad Internacional) y 2,000 UI.

¿Es la misma durante la lactancia?

Por lo general, el enfoque sobre el consumo de la vitamina D se centra en la etapa del embarazo. Sin embargo, durante la lactancia sigue siendo igual de importante.

Dado que el nivel de vitamina D en la leche materna dependerá del nivel que tenga la madre, y que la leche materna contiene menor cantidad de vitamina D, es necesario que además de obtener vitamina D a través de la dieta y la exposición solar, la madre pueda complementar la dosis requerida con suplementos vitamínicos.

Es importante destacar, que en esta etapa tanto la madre como él bebe deben adquirir por separado al menos unas 400 UI al día. En el párrafo antes citado mencionamos que la madre la adquirirá a través de la dieta y por medio de suplementos y, en el caso del bebe, la obtendrá a través de la leche materna y por medio de la fórmula suplementada previamente adaptada.

Entonces si la dosis requerida es la misma durante la lactancia dependerá en buena medida de la madre, por eso es importante no descuidar la ingesta diaria de calcio y vitamina D, pues si la madre tiene déficit también lo tendrá el feto.

Beneficios de la vitamina D durante el embarazo

La vitamina D resulta muy positiva, en todo sentido para la madre y el bebé. Por ejemplo, estudios recientes han comprobado que la administración requerida de vitamina D, daría pie a evitar que la  madre se vea expuesta en el parto a la preeclampsia, o en algunos casos a un parto prematuro.

Para el bebé, cuyo cuerpo siempre se encuentra en desarrollo, la ingesta de vitamina D le ayuda a tener un desarrollo adecuado, porque permite que el cuerpo absorba todos los elementos que necesita. 

Además, favorece la presencia de calcio, el cual es responsable, a través de diferentes procesos, del desarrollo y fortalecimiento de los huesos. Gracias a ello, se le protege de varios problemas de salud, entre los que están: el  raquitismo, que no es más que huesos débiles y blandos en los niños por la falta de vitamina D.

Hablando del raquitismo, este padecimiento propio de la infancia, podrá empezar a notarse a las pocas semanas de nacido en signos y síntomas como, retraso en el crecimiento, déficit de las habilidades motoras, dolor en la columna vertebral, pelvis y piernas. 

Riesgos por déficit de vitamina D en embarazadas

La ausencia de vitamina D, o que esté presente en cantidades muy bajas, pone en riesgo la salud tanto de la madre como del bebé. En el caso de la madre, podría ver disminuidas considerablemente las posibilidades de un parto exitoso.

También, si la madre no tiene suficiente vitamina D en el cuerpo, entre otros nutrientes, se ve expuesta a padecer de niveles altos de azúcar en el torrente sanguíneo, lo que se conoce como diabetes gestacional.

Para el bebé

El bebé es quien puede padecer la mayor cantidad de afecciones debido a una ingesta deficiente de vitamina D, la cual se puede comenzar a sufrir desde que está en el vientre de la madre. Por ejemplo, su peso puede ser muy bajo, el desarrollo de los huesos suele ser deficiente y, en el peor de los casos, el crecimiento de los órganos del cuerpo no es completo.

Además, es posible que presente enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio o nervioso. Cabe señalar que, en el estudio Deficiencia de Vitamina D en la edad pediátrica. Una oportunidad para la prevención, se destacan muchas de las enfermedades que puede padecer un bebé debido a la poca ingesta de este elemento.

También, en ese mismo estudio, se deja ver que, muchos de los padecimientos se pueden mantener por el resto de la vida del pequeño, por lo que resulta vital administrar la cantidad adecuada siempre.

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